Un sistema multiaxial implica una evaluación en varios ejes, cada uno de los cuales concierne a un área distinta de información que puede ayudar al clínico en el planeamiento del tratamiento y en la predicción de resultados. En la clasificación multiaxial DSM-IV se incluyen cinco ejes:
Eje I: Trastornos Clínicos
Otros problemas que pueden ser objeto de atención clínica: Describe todos los trastornos incluidos en la clasificación excepto los trastornos de personalidad y el retraso mental. Cuando una persona presenta un trastorno del Eje I y otro del Eje II, se supondrá que el diagnostico principal o el motivo de la visita corresponde al Eje I, a menos que el diagnostico del Eje II vaya seguido de la expresión < (diagnostico principal)> o < (motivo de consulta)>. En el caso de no presentarse ningún trastorno del Eje I, este hecho debe codificarse como Z03.2. Si hay que aplazar un diagnostico del Eje I hasta recoger alguna información adicional, este hecho se codificara como R69.
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Eje II: Trastornos de la personalidad
Retraso Mental: También puede utilizarse para hacer constar mecanismos de defensa y características desadaptativas de la personalidad (en estos casos no debe utilizarse ningún número de código). Cuando una persona tiene más de un trastorno del Eje II deben hacerse constar todos los diagnósticos. Cuando no se presenta ningún trastorno del Eje II, este hecho debe codificarse como Z03.2. Si hay que aplazar un diagnostico del Eje II hasta recoger alguna información adicional, este hecho se codificara como R46.8.
Eje III: Enfermedades Médicas
Cuando se supone que un trastorno mental es consecuencia fisiológica directa de la enfermedad médica, en el Eje I debe diagnosticarse un trastorno mental debido a enfermedad medica, y esa enfermedad debe registrarse tanto en el Eje I como en el Eje III. Por ejemplo, cuando un hipotiroidismo es causa directa de sintomas depresivos, su designación en el Eje I es “Trastorno del estado de ánimo debido a hipotiroidismo con sintomas depresivos”, y se hace constar de nuevo al hipotiroidismo en el Eje III.
Cuando la relación etiológica entre la enfermedad médica y los síntomas mentales este insuficientemente probada para garantizar un diagnostico en el Eje I de trastorno mental debido a enfermedad médica, debe codificarse en el Eje I el trastorno mental apropiado, y la enfermedad medica solo se codificara en el Eje III.
Hay otros casos en los que deben registrarse las enfermedades médicas en el Eje III a causa de su importancia para la comprensión general o el tratamiento del sujeto afecto del trastorno mental. Un trastorno del Eje I puede ser una reacción psicológica a una enfermedad médica del Eje III. Algunas enfermedades médicas pueden no estar relacionadas directamente con el trastorno mental, pero pueden llegar a tener implicaciones importantes para su pronóstico o tratamiento (por ejemplo, en la elección de farmacoterapia).
Cuando una persona tiene más de un diagnostico clínicamente relevante en el Eje III, deben hacerse constar todos ellos. Si no hay ningún trastorno del Eje III, este hecho debe indicarse anotando “Eje III: ninguno”. Si hay que aplazar un diagnostico del Eje III, a la espera de recoger alguna información adicional, este hecho se indicará anotando “Eje III: aplazado”.
Eje IV: Problemas Psicosociales y ambientales que pueden afectar el diagnóstico, el tratamiento y el pronóstico de los trastornos mentales (Eje I y II)
En general, el clínico sólo debe hacer constar aquellos problemas psicosociales y ambientales que hayan estado presentes durante el año anterior a la evaluación actual. Sin embargo, el clínico puede decidir el registro de problemas psicosociales y ambientales acaecidos antes del año anterior si han contribuido claramente al trastorno mental o se han constituido en un objetivo terapéutico. Si un problema de este tipo constituye el centro de la atención clínica, se hará constar también en el Eje I, con un código derivado del apartado: “Otros problemas que pueden ser objeto de atención clínica”.
Por razones de conveniencia los problemas se han agrupado en las siguientes categorías: 1. Problemas relativos al grupo primario de apoyo, 2. Problemas relativos al ambiente social, 3. Problemas relativos a la enseñanza, 4. Problemas laborales, 5. Problemas de Vivienda, 6. Problemas económicos, 7. Problemas de acceso a los servicios de asistencia sanitaria, 8. Problemas relativos a la interaccion con el sistema legal o el crimen, 9. Otros problemas psicosociales y ambientales.
Eje V: Evaluación de la actividad global
Incluye la opinión del clínico acerca del nivel general de actividad del sujeto. Esta información es útil para planear el tratamiento y medir su impacto, así como para predecir la evolución.
El registro de la actividad general en el Eje V puede hacerse utilizando la escala de evaluación de la actividad global (EEAG). La EEAG considera solamente la actividad psicológica, social y laboral a lo largo de un hipotético continuum de salud-enfermedad. No hay que incluir alteraciones de la actividad debidas a limitaciones físicas (o ambientales). En la mayoría de los casos las evaluaciones de la EEAG deben referirse al periodo actual puesto que estas reflejaran la necesidad de tratamiento o intervención. La EEAG se hace constar en el Eje V del modo siguiente: “EEAG = seguido por la puntuación de 1 a 100, entre paréntesis anotar el periodo de tiempo reflejado en la evaluación, por ejemplo, “actual”, “mayor nivel en el último año”, “en el alta”.
De 100 a 91: Sin sintomas
De 90 a 81 Sintomas ausentes o mínimos
De 80 a 71 Sintomas transitorios y esperables
De 70 a 61: Sintomas leves
De 60 a 51 Sintomas moderados
De 50 a 41 Sintomas graves
De 40 a 31 Alteración de la verificación de la realidad
De 30 a 21 Ideas delirantes o alucinaciones. Alteración grave de la comunicación o el juicio
De 20 a 11 Peligro de causar lesiones a otros o a si mismo
De 10 a 0 Peligro persistente de lesionar gravemente a otros o a sí mismo.
El uso del sistema multiaxial facilita una evaluación completa y sistemática de los distintos trastornos mentales y enfermedades médicas, de los problemas psicosociales y ambientales, y del nivel de actividad, que podrían pasar desapercibidos si el objetivo de la evaluación se centrara en el simple problema objeto de la consulta. Además el sistema multiaxial promueve la aplicación del modelo biopsicosocial en clínica, enseñanza e investigación.