Desarrollan un dispositivo para silenciar las herramientas del dentista

Investigadores británicos han desarrollado un innovador dispositivo capaz de anular el ruido que hacen las turbinas dentales que utilizan los odontólogos en muchas intervenciones, uno de los principales motivos de ansiedad para muchos pacientes cuando tienen que acudir a la consulta.

Este nuevo hallazgo ha sido desarrollado por el King’s College de Londres y las universidades de London South Bank y Brunel, y sus autores están convencidos de que puede ayudar a muchos pacientes a dejar de lado su miedo al dentista y mejorar su salud bucodental.

En concreto, el dispositivo se conecta a un reproductor de música a través de la salida de los auriculares y hace de enlace entre estos y el reproductor, lo que permite al paciente escuchar música al tiempo que se bloquea el desagradable ruido de la intervención.

El mecanismo es similar al de los auriculares con aislamiento o cancelación de ruido, aunque en esta ocasión el dispositivo está programado para anular sólo el ruido que hacen las turbinas, ya que el paciente puede oír al dentista u otros miembros del equipo que intenten comunicarse con él.

Esto es posible gracias al micrófono que lleva incorporado –para captar el ruido de la turbina– y a un chip que analiza la onda de sonido entrante para reproducirla de forma invertida cancelando el ruido no deseado.

Del mismo modo, también utiliza la tecnología llamada «filtrado adaptativo», con filtros electrónicos de bloqueo en las ondas de sonido y los elimina, pudiéndose regular en función del tipo de utensilio que esté utilizando el dentista.

La idea original fue del profesor Brian Millar, del Instituto Dental de la King’s College, que se inspiró hace más de una década en los esfuerzos realizados por el fabricante de automóviles Lotus para desarrollar un sistema que eliminase el ruido de los coches sin impedir que los conductores escuchasen los cláxones o las sirenas de emergencia.

Aunque el producto todavía no está disponible para los odontólogos, el King’s College está buscando inversores para mejorar el prototipo que han desarrollado y poder comercializarlo lo antes posible.

Medicina XXI