La enseña nacional es símbolo de orgullo y patriotismo en todos los países del mundo. Pero, entre todas las banderas, solo hay una que nos pertenece a todos.
Es la bandera azul de las Naciones Unidas, que fue para mí un estandarte de esperanza cuando era niño durante la guerra de Corea.
Setenta años después de su fundación, las Naciones Unidas siguen siendo faro y guía para toda la humanidad.
A diario, las Naciones Unidas dan alimento a quienes padecen hambre y refugio a quienes han sido expulsados de su hogar.
Las Naciones Unidas vacunan a niños que, de lo contrario, morirían de enfermedades prevenibles.
Las Naciones Unidas defienden los derechos humanos de todas las personas, sea cual sea su raza, religión, nacionalidad, género u orientación sexual.
Nuestro personal de mantenimiento de la paz está en la primera línea de los conflictos; nuestros mediadores logran que quienes guerrean se sienten a negociar por la paz; nuestro personal de socorro afronta valientemente peligrosos entornos para prestar una asistencia que salva vidas.
Las Naciones Unidas trabajan para la gran familia de 7.000 millones de seres humanos y cuidan de la Tierra, que es nuestro único hogar.
Con su diversidad y talento, el personal de las Naciones Unidas ayuda a que la Carta cobre vida.
El 70º aniversario nos brinda la oportunidad de reconocer su dedicación y honrar la memoria de los muchos que hicieron el sacrificio supremo en cumplimiento de su deber.
El mundo se enfrenta a múltiples crisis y los límites de la acción internacional colectiva son, por desgracia, más que evidentes. Sin embargo, ningún país u organización puede abordar en solitario los desafíos de nuestra época.
Los valores eternos de la Carta de las Naciones Unidas deben seguir siendo nuestra guía. Tenemos el deber compartido de «unir nuestras fuerzas» para servir a «nosotros los pueblos».
Para celebrar este aniversario, se iluminarán de azul ONU monumentos y edificios del mundo entero. A la luz de este histórico aniversario, reafirmemos nuestro compromiso con un futuro más brillante y mejor para todos.
Ban Ki-moon