Discurso de inaguración oficial ONU Mujeres

Discurso presentado por la Secretaria General Adjunta y Directora Ejecutiva de ONU Mujeres Michelle Bachelet durante su ceremonia de inauguración, celebrada en el Salón de la Asamblea General en la Sede de la ONU recientemente, el 24 de febrero de 2011.

Excelencias, distinguidos colegas e invitados:

Bienvenidos. Es una alegría y un honor para mí anunciar la inauguración oficial de ONU Mujeres. Ha llevado cuatro años de arduo trabajo para realizar el sueño de millones de mujeres y niñas de poder tener un “campeón” global en la ONU el cual pueda dirigir los esfuerzos para traducir sus esperanzas de tener un mundo mejor en una realidad. Y ha llevado cuatro meses de arduo trabajo dar forma a esa voz para transformarla en una organización operacional de la ONU.

Estoy muy agradecida al Secretario General y a la Vicesecretaria General, así como a todos aquéllos cuya dedicación y compromiso han hecho posible llegar hasta este momento.

La decisión de establecer ONU Mujeres refleja una inquietud mundial por la lentitud del cambio. Ya no se puede aceptar vivir en un mundo donde se hace salir de la escuela a las niñas y se les obliga a casarse temprano, donde las oportunidades de empleo de las mujeres son limitadas y donde la amenaza de la violencia de género es una realidad diaria dentro de la familia, en la calle, en la escuela y en el trabajo.

El descuido de los derechos de las mujeres quiere decir que el potencial social y económico de la mitad de la población no se utiliza debidamente. Si queremos explotar ese potencial, tenemos que crear espacios para las mujeres en la esfera política, en la ciencia y la tecnología, como negociadoras comerciales y de paz, y como directoras de corporaciones.

El Secretario General ha declarado que apoyar el progreso más rápido de las mujeres no es sólo moralmente correcto sino que tiene buen sentido político y económico.

Esto es verdad para los países y para las empresas. Las evaluaciones hechas en 134 países por el Foro Económico Mundial, que hace el seguimiento del desempeño en materia de igualdad de género, indica que hay una correlación evidente entre el progreso en materia de género y el PIB per cápita. Asimismo, un estudio reciente mostró que las compañías de la lista Fortune 500 que tienen la mayor cantidad de mujeres en sus juntas directivas eran 53% más lucrativas que las que tenían menos mujeres en sus juntas directivas.

Cuando las mujeres tienen acceso a la educación secundaria, a buenos empleos, a la tierra y a otros bienes, el crecimiento y la estabilidad nacionales son mejores y hay una menor mortalidad materna, mejor nutrición infantil, mayor seguridad alimentaria y menos riesgo de VIH y de SIDA.

Mi propia experiencia me ha enseñado que no hay límite para lo que pueden hacer las mujeres – desde las que mantienen a sus familias en las circunstancias más difíciles hasta las que llegan ser ministras de salud, finanzas, relaciones exteriores o incluso jefas de Estado. Si queremos alcanzar los Objetivos de desarrollo del Milenio (ODM), tenemos que utilizar mejor la fuerza, el trabajo y la inteligencia de las mujeres.

Esto no es un tema que se limita únicamente a un grupo de países o de sociedades, sino que es universal. Debemos convencer a todos los actores políticos, incluyendo a los ministros de finanzas y de comercio, de salud y de educación, de que estamos hablando no sólo de derechos sino de vitalidad social, de estabilidad política, y de crecimiento económico.

ONU Mujeres no puede hacer por sí sola lo que es necesario hacer. No vamos a reemplazar el buen trabajo hecho ya por otros, sino que vamos a aprovechar todas las capacidades y ventajas comparativas de cada uno, para poder tener un mayor impacto y un progreso más rápido. Así todos haremos más, no menos.

Además de nuestra función de movilizar, coordinar y racionalizar los esfuerzos de los demás, ONU Mujeres se centrará en cinco áreas:

Expandir las voces, el liderazgo y la participación de las mujeres;

Eliminar la violencia contra las mujeres;

Fortalecer la plena participación de las mujeres en la resolución de conflictos y en los procesos de paz;

Aumentar el empoderamiento económico de las mujeres; y

Hacer que las prioridades en materia de género estén reflejadas en los planes y presupuestos nacionales, incluyendo las capacidades de ayudar en todo lo relacionado con la CEDAW.

Estoy decidida a hacer que ONU Mujeres ofrezca una dinámica nueva al diálogo mundial sobre la igualdad de género y que aporte nuevas energías, aprovechando los múltiples talentos existentes y reuniendo a los hombres y a las mujeres de diferentes países y comunidades en un esfuerzo conjunto.

Por lo tanto, hoy les invito a que celebren conmigo. Espero que un día podamos mirar hacia el pasado y ver que 2011 fue un momento decisivo: el comienzo de una nueva era de igualdad entre los géneros y de un mundo mejor.

unwomen.org