1857
Sir Charles Locock describe por primera vez la terapia de bromuro de potasio para la epilepsia. Locock creyó que la epilepsia era causada por la masturbación y sabía que el bromuro disminuía la libido. El medicamento funcionó, pero no por las razones de Locock. En la década de 1930, Tracy Putnam y Frederick Gibbs en el hospital de la ciudad de Boston mostraron que la epilepsia se acompaña de una descarga nerviosa sincrónica en el cerebro.